martes, 23 de abril de 2013

Frailty in old age: a public health concern at the EU level


El pasado jueves 18 de abril tuvo lugar una reunión organizada por la Comisión Europea con el objetivo de abordar la fragilidad en el contexto del envejecimiento de la población. La reunión contó con grandes expertos en fragilidad, envejecimiento y salud pública como Johh Beard (OMS), Kay Tee Khaw (Universidad de Cambridge), Ruth E Hubbard (Universidad de Queensland), Rafael Bengoa (Mc Gill University, ESADE), entre otros.


El envejecimiento y el aumento de las patologías crónicas es un hecho global que nos plantea el reto de conseguir añadir calidad de vida a estos años. Para ello es importante tener en cuenta varios factores

  • Tratamiento médico
  • Ambiente
  • Cuidados sociales

La optimización de estos factores puede conseguir que las personas mayores tengan menor discapacidad y por tanto puedan participar activamente en la sociedad y además se disminuyan los costes sanitarios. Para ello una pieza clave es la integración de los cuidados.


La definición de fragilidad es muy variable. Una forma sencilla de resumirla sería la vulnerabilidad de una persona a nivel físico y mental, que acaba teniendo implicaciones en la salud. Muchas definiciones o índices de fragilidad son de carácter biomédico, destacando la de Fried et al (2001), que tiene en cuenta:

  • pérdida de peso
  • cansancio
  • debilidad
  • lentitud
  • bajos niveles de actividad

Posteriormente, otros modelos han introducido otros conceptos, como la perdida de función cognitiva (Avila-Funes, 2009). Sin embargo, existen otras formas de detección más subjetivas "cómo vemos al paciente" por parte del clínico.

No es difícil entender que muchos conceptos se han relacionado con el síndrome de fragilidad (malnutrición, comorbilidad, polifarmacia, etc), lo que dificulta su definición. Uno de los esfuerzos más recientes para su comprensión es el artículo de Clegg et al, 2013. En este se define fragilidad como un estado de vulnerabilidad a la mala resolución de la homeostasis después de un evento estresante y es una consecuencia del descenso acumulado en diferentes sistemas fisiológicos durante la vida.



En la reunión del 18 de abril, además de discutirse conceptos formales sobre fragilidad, también se tuvo en  cuenta su impacto en las personas y en el sistema. Esperamos que el trabajo realizado pronto tengan sus frutos y se establezcan nuevas y efectivas recomendaciones a nivel europeo.



REFERENCIAS

1. Fried, LP; Tangen CM, Walston J, Newman AB, Hirsch C, Gottdiener J, Seeman T, Tracy R, Kop WJ, Burke G, McBurnie MA; Cardiovascular Health Study Collaborative Research Group (Mar 2001). "Frailty in older adults: evidence for a phenotype". J Gerontol A Biol Sci Med Sci 56 (3): M146–56

2.  Avila-Funes JA, Amieva H, Barberger-Gateau P, Le Goff M, Raoux N, Ritchie K, Carrière I, Tavernier B, Tzourio C, Gutiérrez-Robledo LM, Dartigues JF. Cognitive impairment improves the predictive validity of the phenotype of frailty for adverse health outcomes: the three-city study. J Am Geriatr Soc. 2009 Mar;57(3):453-61.

3. Clegg A, Young J, Iliffe S, Rikkert MO, Rockwood K. Frailty in elderly people. Lancet. 2013 Mar 2;381(9868):752-62. doi: 10.1016/S0140-6736(12)62167-9.

4. Photo credit: Sailing "Footprints: Real to Reel" (Ronn ashore) / Foter.com / CC BY-NC-ND

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